miércoles, 18 de febrero de 2015

Capítulo 1: Yo vivo aqui.


“Ese cielo azul que solo esconde infortunio, ese espacio vacío entre el alma y el cuerpo, ese momento que se disfruta con un goce extremo, se hace llamar locura, predecesora de la extraña emoción de pasión, y cuando la locura muere, el espíritu se va con ella.”

No sabía dónde me encontraba aquella mañana, con la mirada fija en mi reloj caminaba por el bosque en busca del niño, buscaba, porque quería con tanto anhelo encontrarlo y sacarlo de allí, pero quizás ni yo podría salir de allí, estaba perdido, mire hacia mi derecha y solo vi un pequeño pozo y un conejo mirándome fijamente, como si me tratase de un depredador, luego escuche palabras en mi oído: “Continua”, era un susurro, un canto del viento, siempre lo oía pero esa vez no era un bueno momento para hacerlo. Trate de aclarar mi mente solo para detener ese sonoro cantico, era fastidioso, y trágico a la vez, luego oi ese pequeño pajarito silbando en mi oído, “ese bastardo”, pensé.

Tome el camino de la derecha y vi al niño corriendo a lo lejos, empezé a correr también, mientras más me adentraban al bosque este se volvía mas verde de lo usual. Había flores por todas partes y un tono negrizco en las raíces de los árboles, parecía algo quemado.

Veía como los arboles abrazaban a otros y sonreían, las flores cantaban, pero no podía soportarlo, no quería aceptar el hecho de que mi enfermedad se quería apoderar completamente de mi mente, era inaceptable, un pensamiento totalmente inaceptable.

Al cabo de unos minutos de búsqueda no encontré al niño, quizás lo había perdido, aunque yo también parecía estarlo, debía ser el niño quien tenía que rescatarme en ese momento, mire mi reloj inquietamente eran las 4:55 am, llevaba casi 20 minutos en ese verde bosque que solo me traía inseguridad.
             ∞∞∞

Siempre me asustaron los recuerdos, menos uno, el de mi segunda pareja, lo cual fue muy trágico, la forma en que todo termino. Él se llamaba Cesar, era alto, caucásico, contextura atlética, ojos grises, piel suave y un cabello corto pero liso, había que aceptarlo, era hermoso. Lo conoci exactamente cuándo tenía 19 años, fue el 21 de diciembre del 2009, aun lo recuerdo tan vívidamente.

La casa de mis padres era un poco fría y aburrida, siempre celebré mis cumpleaños y las fiestas en casa de mis amigos, acompañado de mi familia claro está. Este diciembre era especial, mi familia iba a celebrar navidad en casa del mejor amigo de mi padre John, tenían una casa grande con 4 cuartos, John estaba casado con Mónica, desde hace 13 años, y tenían un hijo Cesar, en ese momento Cesar había cumplido sus 19 años hace más de una semana.

Como habían 4 cuartos, se dispusieron a acomodar a mi familia, John y Mónica en la habitación principal, papa y mama en la habitación para invitados, la cual era absurdamente perfecta, mis hermano en una habitación regular con 2 camas, y como Cesar dormía en un camarote, dejaron que durmiera en una de las camas, claro, con el permiso de Cesar, que sin pensarlo dijo que sí.

Esa noche todos se instalaron en sus habitaciones para poder descansar, Cesar y yo empezamos a conversar para conocernos. Lo cual no me importaba.

-Así que te gusta la navidad ¿huh?.  Me pregunto Cesar interesado en saber de mi vida. Asi comenzaba todo.

-Sí, es mi época preferida del año. Dije Sarcásticamente.- Si estuviera en mi casa andaría en calcetines todo el día, y miraría una películas para variar, no una navideña, me aburren.

-Claro que son aburridas, el colmo, mirar una película navideña en navidad, quien fue el que habrá inventado tal cosa. Decía Cesar mientras reía incómodamente. Al parecer trataba de ser comico, lo cual no daba mucho resultado.

-Bueno, hablemos de otra cosa, esto de la navidad me da mucho sueño. Bosteze.

-Bueno, ¿que estas estudiando, o que te gustaria estudiar?

-Estudio artes en la academia nacional de bellas artes, me encanta la pintura, aun más con acuarelas.

-Wow, entonces serás el próximo Leonardo Da Vinci, avísame cuando tus pinturas se publiquen, quiero ser el primero en darte la crítica. Bromeo Cesar, sin gracia pero una pequeña sonrisa se asomaba en mi rostro, la contuve.

-Serás el primero al que le dé la noticia.

-Bueno Cameron, ¿tienes novia?, no es que me importe es solo que… no hay nada de qué hablar.

-Pues, no. No tengo, no me gustan mucho. -¿Qué?, las novias, ¿o...?. se detuvo, y en ese instante yo sabia que lo sabia, asi que solo tuve que completar la idea.

-Seré sincero contigo, no soy de los que le tiran a todo el mundo, ¿vale?, me gustan los chicos y las chicas pero eso de andar de novios, se ponen todas histéricas y no me las aguanto.

–Vale, perdón por preguntar, entonces te gustan los chicos, interesante. Dijo, haciendo muecas con sus manos, volviendo muy obvio y prescindible.

-¿Te parece?, ¿es que acaso a ti también te gustan?

 –Me llaman la atención, aunque aún no puedo decir que me encantan y me pasaría el resto de mi vida con uno. Pero me gustan, y las chicas pues, no sé, no hay nada que me llame la atención de ellas, o aún no.

-Parece que estas muy confundido, hombre, te tienes que conocer mejor a ti mismo, te seré sincero, soy directo, así que decídete.

 – ¡Ja!, viniendo de ti es como que un poco hipócrita ¿no lo crees?

–Tienes razón. No pude contenerme más y se escapó una risita tonta.

Cesar estaba muy aburrido y no tenía nada de sueño, salto de la cama y cayó al suelo con una almohada, Me miró fijamente y dijo:

-Cameron, vamos a jugar, ¿Vale? – ¿Jugar a qué?. Pregunte expectante.

-Juguemos a las preguntas, tú haces una pregunta y yo la contesto, luego yo te hago una y la contestas con la mayor honestidad, no tiene tanta ciencia porfavor. Dijo con voz suplicante.

-Bueno pero solo acepto porque no tengo sueño y tengo ganas de irme a la calle, vale, tu comienzas.

-Comencemos con algo fácil ¿Has tenido sexo?

-¿¡Cesar pero que le ves de fácil a esa pregunta!? . Cesar rio por lo bajo. -Vale, si lo  he hecho, un par de veces. Ni yo me podía creer la gran mentira que le acababa de decir a Cesar, Era era virgen y no es que me avergonzaba de ello, solo quería ver la reacción de Cesar ante esto. Cesar esperaba por mi pregunta, pero no se la puse tan fácil.

-Bueno mi turno, ¿Eres drogadicto?

-No, pero que te pasa, si yo no tengo ni la cara para eso. Dijo enfurecido.

 –No pero es que con esas preguntas que me haces pareces que te hubieras fumado algo fuerte. Eso de que si he tenido sexo no es algo que se le dice a todo el mundo.

-Vale, perdón. Dijo Cesar. -Mi turno ¿Fue con un hombre o con una mujer?. Cesar rio, se tapó la boca para que el ruido no escapara.

-Y vuelve, vale, fue con los dos. Viejo pero usted si es descarado. Cesar no aguantaba la risa así que dejo salir un gran estruendo.

Jugamos toda la noche mientras el sueño se fue adueñando de nosotros, nos hicimos toda clase de preguntas, y nos llegamos a conocer mucho, demasiado quizás, nos volvimos amigos casi al instante, una amistad fugaz, de esas de las que llegan rápido, y se transforman.

Era navidad y celebramos con toda la familia en casa tomando vino y un gran estofado, con muchas ensaladas, y platos raros que ni Cesar ni yo habíamos probado antes, al parecer nuestras madres se habían leído todos los libros que cocina conocidos y por conocer, fue una gran navidad, al parecer mi mejor navidad. Fue tan solo hace 3 días antes de navidad que lo había conocido a él y ya hasta empezaba a sentir algo por él, quizás era momentáneo pero era algo, algo valioso que no se podía perder fácilmente, algo que yo no dejaría perder.


Acordamos quedarnos hasta año nuevo y luego volveríamos a casa, pues tan solo vivíamos a unas millas de allí.

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